En 2009 participa en el concurso televisivo “Veo Veo” de Canal Sur donde gana la mención especial a los 14 años. Con 20 años comienza a trabajar de forma profesional en los tablaos y cuevas flamencas de Granada, donde adquiere la técnica necesaria para el acompañamiento al baile y el cante. Así, se inicia en el Templo Flamenco, junto a la familia Vallejo, desde donde pasaría a ser reclamado en cuevas como La Rocío y La Venta del Gallo, entre otras. Meses más tarde, es contratado en la Casa del Arte, donde acompaña a primeras figuras como Belén López, Miguel El Rubio y Karime Amaya. En 2016 es invitado por Juan Andrés Maya para el famoso tablao madrileño Corral de la Morería, donde coincide con El Bocadillo, El Perrete y la bailaora Belén López.
En el año 2019 protagoniza uno de los capítulos más sonados del flamenco granadino al convertirse en ganador de dos de los principales concursos internacionales de flamenco. Así, obtiene el Bordón Minero del Festival de las Minas de La Unión, y el primer premio absoluto en el prestigioso certamen Nacional de Córdoba. Pocos artistas han conseguido tal gesta, y menos en un mismo año. Su nombre, se suma al de una corta lista de artistas doblemente premiados, entre los que destaca Vicente Amigo.
Ha acompañado a grandes figuras del flamenco como Potito, La Nitra, Guadiana, Sergio Colorao, Jaime El Parrón, Marina Heredia, Manolete, La Farruca, El Farru, El Carpeta, Rafael Amargo, Antonio Canales, Luis de Luis, Pepe Torres, La Repompa, Juan Ángel Tirado y Antonio Campos.
Cosecha grandes éxitos de público y crítica con su último espectáculo “De La Unión a Córdoba”, con el que cerró el afamado ciclo Festival de la Guitarra de Granada en 2020. El diario GranadaHoy destacó lo siguiente: “Me voy a acordar de mi tierra”, anunciaba el tocaor para abrir la segunda tanda con un toque por ‘Granaínas’ donde los trémolos deslumbraron a la par que el ‘Abandolao’ con el que termina esta pieza. Unos ‘Tanguillos’ sabrosos, de interesantes armonías, devolvieron el contrapunto rítmico al recital, estallando con la magia apoteósica del toque por bulerías con que cerró. Los juegos rítmicos, síncopas, escalas y fraseos armónicos a caballo entre la tradición y la modernidad, definen el toque de este joven valor granadino para el que está reservado un lugar eminente en los más altos escalafones del flamenco”.
